Cuando perdemos a un ser querido nos encontramos en un momento de tristeza y dolor emocional. Una situación complicada durante la cual nos surgen una cantidad de dudas y sentimientos encontrados que, muchas veces, no sabemos cómo gestionar y terminan por bloquearnos.
En este tipo de situaciones, lo que menos le interesa a los familiares del fallecido son los productos que podamos ofertarles, lo que les interesa realmente es lo que puedan delegar en nosotros para poder pasar un duelo lo más sano posible y preocupándose de las cosas que verdaderamente les importan.
Un buen servicio funerario debe cubrir todas las necesidades emocionales, administrativas, sociales y funcionales en un margen de tiempo reducido.
Este tipo de servicios deben asegurar la tranquilidad de los seres queridos del fallecido, aportándoles seguridad y permitiéndoles que se despreocupen de todas aquellas cuestiones que se desliguen de su duelo personal.
¿Es un servicio funerario un producto de venta?
Nunca deberíamos verlo de esa forma, ya que como comentamos con anterioridad:
Un buen servicio funerario no se define por la cantidad facturada, se define por el grado de despreocupación y de tranquilidad que le aportamos a nuestros clientes.
Sabemos que son momentos complicados, y la función principal de este tipo de servicios es el bienestar de los familiares del difunto, que sientan alivio al saber que nos encargaremos de todo y que sientan seguridad de que realizaremos lo que nos pidan de una forma profesional y ética.
¿Qué incluye un servicio funerario?
Como comentamos con anterioridad, un buen servicio funerario debe cubrir todas las necesidades emocionales, administrativas, sociales y funcionales.
Necesidades emocionales:
Estas necesidades son las más importantes, estar preparados para asesorar a las familias es prioritario en nuestra profesión.
Saber cómo dirigirnos a ellas en un momento complicado es clave para iniciar una buena relación.
Hacerlos sentir cómodos y permitirles que puedan despreocuparse es clave para que desarrollen un buen duelo desde el primer momento.
Necesidades administrativas:
Por todos es sabido que un fallecimiento siempre viene acompañado de gestiones y trámites que hay que desarrollar en unos tiempos estipulados y con un órden concreto.
Para alguien desvinculado de estas actividades puede ser un tedio que, además, se junta con una situación personal y psicológica complicada de la que todavía no nos hemos repuesto.
Conseguir que las familias se olviden de estas preocupaciones es fundamental para favorecer este momento.
Necesidades sociales:
En este apartado entrarán todas las opciones que competen a la organización de la ceremonia de despedida:
Ceremonia religiosa o laica, con o sin música, qué actividades se desarrollarán…
Necesidades funcionales:
Conocemos como necesidades funcionales, todas aquellas decisiones que se tendrán que tomar de forma personalizada en cada caso, para que todo se desarrolle en base a los requerimientos de las familias.
La elección del féretro o de la urna, la selección de flores, recordatorios, lápidas…
Si quiere más información sobre las necesidades funcionales, podemos recomendarle una serie de entradas desarrolladas por nuestro equipo, para ayudarle en la elección de las mismas:
-Música para funerales. Puede leerla AQUÍ.
-¿Qué hacer con las cenizas de nuestro ser querido. Puede leerla AQUÍ.
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