Cuando una persona fallece, hay un servicio que es indispensable, la tanatopraxia. Junto con la tanatoestética se trata de dos de las profesiones que tienen una mayor trayectoria en el sector funerario. Desde Pompas Fúnebres de Arosa queremos explicarte en qué consiste el trabajo de los profesionales de ambas, y cuáles son las diferencias entre las dos disciplinas.
¿Qué es la tanatopraxia?
Los tanatopractores son las personas encargadas de preparar el cuerpo del fallecido para presentarlo ante los familiares en el velatorio. Lo hacen a través de diferentes técnicas de conservación y maquillaje. En concreto, la tanatopraxia es el conjunto de técnicas que sirven para que el cuerpo del difunto se conserve. Hablamos de la higienización, la conservación, el embalsamamiento, la restauración, la reconstrucción y el cuidado estético. Además, también se encargan de retirar prótesis que puedan contaminar el cuerpo.
En general, la tanatopraxia se realiza en momentos y situaciones muy concretas:
- Conservación temporal del cuerpo. Habrá que realizar esta práctica cuando el rito funerario no se vaya a realizar en las 48 horas siguientes al fallecimiento.
- El cuerpo se expondrá en el velatorio. De esta manera, se garantiza una naturalidad y coherencia visual con los recuerdos que tienen los familiares y amigos.
- Cuando se ha practicado una autopsia.
- Cuando se debe trasladar al fallecido.
Orígenes de esta técnica
Se cree que el origen de esta práctica se encuentra en la Edad de Piedra. Está ampliamente documentado que ya en aquella época se vestía y decoraba a los difuntos con barro rojo para despedirlos. Sin embargo, no cobraría especial relevancia hasta la llegada del Imperio egipcio. Fue entonces cuando se empezó a momificar y embalsamar a los difuntos para conservar su cuerpo. Se utilizaban productos cosméticos como la henna o el carmín para dar color al pelo o los labios del fallecido.
También diferentes culturas orientales utilizaban elementos como la tinta china, polvos de azahar, aceite de té o pulpa de frutas para maquillar a los muertos. Por otro lado, en Grecia se teñía el cabello con aceites de azafrán y flores, y se maquillaban con plomo blanco y carmín.
Ya en el renacimiento, los arreglos funerarios buscaban resaltar la belleza. Por eso, se utilizaban pomadas de cacao y vainilla para conseguir una apariencia blanquecina en el rostro de los fallecidos.
Diferencias entre tanatopraxia y tanatoestética
Si bien ambas profesiones pertenecen a la misma familia, hay ciertas diferencias que se deben resaltar. Como hemos comentado, la tanatopraxia abarca las prácticas que se llevan a cabo para mejorar el aspecto del fallecido. Sin embargo, la tanatoestética es el paso siguiente. Es decir, se trata de la preparación visual que se logra a partir del cuidado y maquillaje del difunto. Esto permite a los familiares recordarlo tal y como era antes de fallecer.
No hay que olvidar que, en ambos casos, el o los profesionales que realicen estas tareas tienen una preparación y la formación necesaria. En concreto, existe un Certificado de Profesionalidad de Tanatopraxia, homologado por el SEPE, y hay una amplia oferta formativa privada.
En Pompas Fúnebres de Arosa contamos con un equipo de profesionales de la tanatopraxia y tanatoestética que velarán por honrar a la persona fallecida y por dejar un buen recuerdo en las memorias de sus familiares.
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