Desde hace siglos, el negro es un color que se asocia irremediablemente al luto y a la muerte. Generalmente, se trata de un tono cromático que simboliza el respeto que se tiene por el difunto, así como el dolor por su pérdida. La principal razón es que el color negro es, en realidad, la ausencia de luz. Hay que tener en cuenta que, además, este color está asociado con sentimientos como el miedo, la soledad o la tristeza. Pero, ¿sabes de dónde viene esa tradición? En Pompas Fúnebres de Arosa te contamos todo sobre su origen.
El negro y el luto, desde la Antigua Roma
Hay varias leyendas e historias sobre cómo empezaron a asociarse el negro y el luto. Existe una que cuenta, por ejemplo, que proviene de una tribu ancestral. Esta tenía miedo a que el alma de los fallecidos escapase de su cuerpo y se introdujese en el de los vivos. Para evitarlo, se escondían pintándose de negro.
Sin embargo, la teoría más reconocida habla del Imperio romano. En esa época, en los funerales se utilizaba una toga llamada pulla, que era de color negro. Sin embargo, esto cambió en el siglo XV. Fue entonces cuando un decreto imperial obligó a utilizar el blanco para estas situaciones. Siguió siendo este color el que se usaba en Europa en la época medieval, e incluso se sigue usando en algunos países asiáticos y en otros cuya religión es el islamismo.
El negro en la época de los Reyes Católicos
Hubo varios acontecimientos en España que llevaron a que el negro se convirtiese en el color oficial del luto. Por un lado, se habla de la aprobación de la Pragmática de Luto y Cera, un conjunto de leyes que se aprobaron tras la muerte del príncipe Juan en 1497. En ellas se recogía que el negro debía ser el color de la indumentaria. Además, la viuda tenía que encerrarse en una estancia que estuviera tapizada de negro, sin que entrase luz durante un año tras el fallecimiento del marido.
La otra razón por la que se recuperó el color negro fue por el funeral de Carlos VIII. En él, su mujer, Ana de Bretaña, decidió vestirse completamente de negro. Si bien con la llegada del siglo XX las normas se relajaron, los colores oscuros siguieron formando parte de los actos de condolencia tras el fallecimiento de personas queridas.
Otros colores asociados al luto
Hemos hablado del negro y del blanco, pero hay otros colores que se asocian a los ritos funerarios. Uno de ellos es el rojo, pues ya en el Antiguo Egipto se revestían de este color los sarcófagos. Además, la ropa del difunto también era rojo y tanto los cuerpos como los participantes se maquillaban con tierra color ocre.
Por otro lado, el naranja sigue siendo un color que se utiliza en Egipto como metáfora del final de la vida, pues es el color del Ocaso. Además, hay budistas chinos que ven el amarillo como el color de la libertad de los cuidados mundanos. Otros colores son el azul claro, que se utiliza a día de hoy en Siria, o el púrpura, que se atribuye al luto de las viudas en Tailandia.
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