Pues sí que existe el más allá, no lo dudéis. Con nombre y con forma porque la Porta do Alén –o Portalén–, es un conjunto de rocas graníticas con una gran piedra a modo de dintel, de ahí su nomenclatura. Es la formación más conocida del monte Seixo, en Terra de Montes, en territorio de A Lama. Es uno esos lugares de la Galicia mágica poblado de leyendas y de seres míticos, donde las piedras hablan y comunican la tierra con el cielo.
El Monte Seixo fue desde siempre el “umbiculus mundi”, el centro del mundo de los pueblos prerromanos que habitaron estas tierras. La erosión del agua, el viento y el hielo crearon caprichosas formas en las rocas que aumentan el misterio de este monumento natural. El Seixo pertenece a la Serra do Cando, altura llena de cimas con vistas, restos megalíticos, piedras sagradas y seres del más allá. La Montaña Mágica, como también se le llama, tiene en el Outeiro do Couto su mayor altura. Son más de mil metros (1.015 exactamente) desde los que se divisa una magnífica panorámica de las comarcas.
Pero es Portalén lo que ahora nos ocupa, la puerta, dice la leyenda, al otro mundo. Hay diversas versiones sobre esos diálogos y ese contacto con los seres de ultratumba. Una de ellas afirma que es en la noche de Samaín cuando se abren las puertas con el más allá; otras, no obstante, dicen que cualquier momento es bueno si se cumple fielmente el ritual. Todos aquellos que deseen hablar con las almas de los difuntos o preguntar algo al oráculo –Portalén también lo es- tendrán que traspasar la puerta de norte a sur –o de este a oeste, según otras variantes-, hacer la pregunta y esperar en silencio. Es el viento quien contesta e igualmente en silencio, hay que dejar una ofrenda en forma de pan o de vela.
Hay que tener mucho cuidado porque, una vez efectuado el rito, hay que volver exactamente por donde se entró, de lo contrario se corre el peligro de quedar para siempre en el más allá. Las respuestas tampoco se desvelan nunca, so pena de perder la salud o la voz y quedar mudo para siempre.
Portalén sigue lleno de magia y misterio –a pesar de los molinillos que rodean la Serra do Cando-, sin saberse aún a ciencia cierta si es un monumento creado por la mano del hombre o de la naturaleza, especialmente por las dificultades que entrañaría construir semejante conjunto en épocas remotas y por la altura a la que está. Sea como sea, sigue despertando el interés y la curiosidad de todos los que descubren este impresionante conjunto, como le pasó al escritor Manel Loureiro. Tras toparse un día de ruta con estas grandes piedras decidió ambientar una de sus últimas novelas en este lugar de misterio. Tal fue el origen de “La puerta”, convertida en best seller.
En las inmediaciones de esta entrada misteriosa al más allá está el Marco do Vento, un menhir de más de seis metros al que se atribuyen propiedades diversas, desde sanadoras a adivinatorias. También se aventura que podría ser el punto central donde confluyen las fuerzas del universo. Todo es posible en esta Montaña Mágica.
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