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Piedras mágicas en el Val do Traba

13 febrero 2023

Entre Vimianzo y Laxe, en la Serra da Pena Forcada, se encuentra el Paisaje Singular dos Penedos de Pasarela e Traba, un auténtico museo al aire libre formado por piedras de caprichosas formas esculpidas por el tiempo y la erosión a lo largo de milenios. Y como no va a ser todo gestión funeraria, queremos enseñaros estos rincones de la Galicia mágica, relacionados, a la postre, con antiquísimos cultos a los muertos y con el más allá.
Son grandes bloques graníticos que dominan un sugerente paraje natural. En total ocupan algo más de doscientas hectáreas, y desde 2008 tienen la declaración de Paisaje Protegido. A cada paso surgen rocas con figuras zoomorfas o antropomorfas llenas de magia y también de historia. Ya en 1835, el Instituto Geológico y Minero de España los reconoció como Formas Singulares y el mismo geólogo Guillermo Schulz lo puso en valor cuando realizó el primer mapa geológico gallego en ese mismo año.
Son cuatro las cumbres que rodean el Val do Traba, abierto al océano a lo largo de un extenso arenal con laguna costera incluida. Se elevan casi trescientos metros sobre el nivel del mar y su nombre deriva de su leyenda asociada o de su forma: Pena dos Mouros, Pena Forcada, O Castelo y la Torre da Moa.
Los Penedos de Pasarela y Traba no solo llamaron la atención de los geólogos, también de escritores como Eduardo Pondal, Otero Pedrayo o Manolo Rivas, fascinados por el lugar. Se puede ascender a pie desde el lugar de A Costa, en la parroquia de Traba, o desde el sur, en un itinerario que comienza en Pasarela, parroquia de Calo. Aquí la imaginación popular ha dotado de nombres descriptivos a las rocas más singulares del paisaje. A Cachucha, O Berrón, A Aguia, A Tartaruga, O Gardián son algunos de ellos.
El camino aprovecha senderos tradicionales, siempre con el mar como telón de fondo. Una de las cumbres, la Torre da Moa, es un penedo de extraordinarias dimensiones en cuya base existe una hendidura (A Cova dos Mouros) en la que se han hallado restos de cerámica y conchas marinas. Las teorías apuntan a que fue lugar de culto a los dioses. De lo que no cabe duda es de la existencia de abundantes restos prerromanos en la zona en forma de dólmenes y castros.
También la laguna y las dunas de Traba tienen la calificación de Espacio Protegido. Ostenta otras declaraciones oficiales como la de Zona de Especial Protección de Aves y Lugar de Interés Comunitario. Además está dentro de la Red Natura 2000. El acuífero es otro de los tesoros de la parroquia de Traba, junto a la iglesia de Santiago, una auténtica joya artística, compendio de estilos que van desde el románico al barroco. En el exterior destaca su fachada-retablo con columnas salomónicas, la figura de Santiago ecuestre en una hornacina y, superpuesta, la imagen de la Virgen ascendiendo al cielo.
Una de las muchas leyendas de la zona cuenta que en realidad bajo las aguas de la laguna está Valverde, villa hundida como castigo por desatender las palabras del Apóstol Santiago cuando predicaba por estas tierras.

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