El próximo lunes, 1 de noviembre, se celebra en España, y en el resto de países con tradición católica de origen latino, el Día de Todos los Santos. Se trata de una tradición milenaria para la que se reunen las familias con el fin de recordar a sus seres queridos fallecidos. Es una celebración con origen en las costumbres de la Iglesia primitiva, cuando se conmemoraba el aniversario de la muerte de un mártir, que se solía hacer en el propio lugar en el que había sido martirizado.
Como era habitual que hubiese grupos de mártires que muriesen el mismo día, se decidió realizar una celebración común para conmemorar a todos. Comenzó a celebrarse en Antioquía en el domingo anterior a Pentecostés. Fue con la llegada del papa Gregorio IV, a mediados del siglo IX, cuando se decidió fijar el 1 de noviembre.
Al ser un día festivo en toda España, es habitual que las familias se junten el Día de Todos los Santos para comer y llevar flores a sus difuntos, las que más suelen triunfar son los crisantemos, seguidas de otras como claveles, rosas, calas o gladiolos. Aunque esta tradición que se lleva a cabo en todo el país, cada comunidad autónoma o incluso pueblo tiene sus propias costumbres, algunas más curiosas que otras.
Costumbres diferentes para celebrar Todos los Santos
En Galicia es sabido que la noche del 31 de octubre se celebra el Samaín, que proviene del gaélico Samhain, cuyo origen está una tradición celta que celebraba el fin de la temporada de cosechas. Se considera que es una noche en la que la frontera entre el mundo de los vivos y los muertos desaparece durante unas horas, invadiendo los espíritus nuestras calles. Por ello, se encendían hogueras y se mostraban calaveras con el fin de espantarlos.
Hay otras tradiciones por toda España para conmemorar el Día de Todos los Santos, como la Noche de las Brujas, que toman las calles de Sant Feliu Saserra la noche del 31 de octubre. Es una celebración que recuerda a las mujeres que fueron acusadas de brujería en el siglo XVII en Cataluña. Yéndonos al sur, en Cádiz celebran con un poco más de humor esta festividad. En el mercado Virgen del Rosario y el Central de Cádiz los tenderos decoran sus puestos con diferentes temáticas y “disfrazan” a los productos que venden, siempre escenificando escenas relacionadas con velorios y a la conmemoración de los difuntos.
Por otro lado, en Soria en la noche del 1 de noviembre realizan un desfile de esqueletos, monjes templarios y malignos espíritus que se dirigen al Monte de las Ánimas por donde, según la obra homónima de Gustavo Adolfo Bécquer, corren las almas de los muertos. Los asistentes pueden conocer la historia de Beatriz y Alonso, protagonistas de su obra.
Los magostos comienzan a realizarse en Galicia a partir del 31 de octubre, pero no somos los únicos en reunirnos alrededor de las castañas asadas. Es lo que sucede en la Castanyada, una fiesta tradicional catalana que tiene sus orígenes en el siglo XVIII y que está vinculada a una antigua fiesta funeraria relacionada con cultos paganos. Es una comida otoñal que tiene el sentido metafórico de unión entre difuntos y vivos, pues se considera que en el acto de asar las castañas hay una conexión con las almas difuntas.
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