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El duelo y la comida emocional

9 noviembre 2022

A veces se le llama comer por pena, comer por comodidad después de la muerte de un ser querido es muy común. La alimentación durante el duelo es sólo una de las formas en que tus emociones intensas pueden afectar a tu comportamiento después del duelo.

¿Por qué el dolor lleva a comer de manera emocional?

El cerebro libera dopamina, una sustancia química que te hace sentir bien, cuando comes. Lo hace para animarte a seguir comiendo para sobrevivir. El cerebro también recompensa más por comer alimentos ricos en grasa o azúcar, ya que en el pasado estos ayudaban a pasar los duros inviernos o los períodos de hambruna.

Ahora, la comida es abundante para muchas personas en el mundo desarrollado. No necesitamos atiborrarnos para evitar la hambruna, pero seguimos teniendo esa sensación de felicidad después de comer, y especialmente después de ingerir alimentos ricos en grasa o azúcar. A veces, las personas buscan inconscientemente este efecto de bienestar, como una solución rápida y temporal cuando se sienten mal.

La muerte de un ser querido puede hacerte sentir como si nada volviera a sentirse bien, por lo que el pequeño placer de comer tu comida favorita puede ser un bienvenido respiro para el dolor que sientes. Aparte del impulso de dopamina en el cerebro, el acto de comer también puede proporcionar una distracción, disminuyendo temporalmente el dolor.

El problema es, por supuesto, que el subidón de dopamina después de comer no dura mucho tiempo y el impacto de comer en exceso puede tener consecuencias a largo plazo.

Los efectos a largo plazo de la alimentación emocional

Evidentemente, comer de forma cómoda tiene algunos efectos secundarios a largo plazo que pueden preocuparte. Estos pueden incluir:

  • Aumento de peso no deseado y riesgos de salud asociados
  • Sentimientos de culpa, vergüenza o baja autoestima
  • Fatiga
  • Cambios de humor
  • Atracones, comer grandes cantidades rápidamente y sin hambre
  • Desarrollo de patrones alimentarios poco saludables que pueden conducir a trastornos alimentarios

Gestionar la comida emocional

Tras la muerte de un ser querido, es comprensible que recurras a la comida para sobrellevar tu dolor. No es un signo de tener poca fuerza de voluntad o de ser indisciplinado: tu cerebro simplemente está tratando de encontrar una manera de hacerte sentir mejor.

Aunque te preocupe que tu alimentación emocional se convierta en un hábito perjudicial, no es ideal que empieces ninguna dieta extrema o restrictiva mientras estás de duelo. Recuerda ser amable contigo mismo.

Una de las principales formas de combatir la alimentación emocional es ser más consciente de cuándo y por qué se produce:

  • Debes ser consciente de tus desencadenantes emocionales
  • Aprender la diferencia entre el hambre física y la emocional
  • Buscar ayuda profesional
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