Ya sea un servicio fúnebre, un servicio conmemorativo o una celebración de la vida, todo el mundo debería dedicar tiempo a honrar el fallecimiento de un ser querido. No importa si es un evento grande y extravagante o una ceremonia pequeña y sencilla. La cuestión es que todo el mundo debería tener un servicio para honrar a un ser querido.

En este artículo te explicaremos por qué.

Te permite decir adiós al ser querido

En primer lugar, un funeral o una conmemoración permite que te despidas. Cuando los amigos y la familia del fallecido se reúnen, se puede dar el último adiós. Un paso importante en el proceso de curación es poder llorar una pérdida y empezar a superarla. Este tipo de servicios son el primer paso en el camino del duelo. Al compartir estas ceremonias, se puede compartir historias y recuerdos del fallecido que llevaremos con nosotros para siempre.

Te ayuda a encontrar un cierre

Cuando te enteras del fallecimiento de un ser querido, es normal caer en una tormenta de emociones. El dolor que produce el fallecimiento de un ser querido puede ser abrumador. Los funerales permiten encontrar un cierre y la transición a una nueva vida en la que ya no tenemos una relación física con el fallecido.

Une a los seres queridos

Honrar a un fallecido con un servicio ayuda a unir a los seres queridos. Los amigos y familiares pueden llorar junto a los demás y mostrar el impacto positivo que tuvo el fallecido en la vida de muchas personas. Nos permite reconectar con los demás y reunirnos para celebrar a una persona que todos admirábamos.

Permite celebrar la vida del ser querido

A lo largo de la vida, nos reunimos con nuestros seres queridos para celebrar eventos. Aunque la pérdida de un ser querido es triste, honrar al fallecido y presentar sus respetos nos permite celebrar una vida bien vivida y compartir la historia del fallecido. En lugar de lamentarse por la pérdida, las familias pueden celebrar una vida llena de amor, felicidad y recuerdos duraderos. A través de este proceso, a menudo compartimos historias del fallecido. Los amigos y familiares pueden aprender cosas sobre su ser querido que no conocían. Esto permite que las historias familiares se transmitan de generación en generación y mantengan vivo su legado.

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