Desde Pompas Fúnebres de Arosa, os explicaremos algunas de las diferentes interpretaciones que existen sobre el final de la vida. Es bien sabido que la cultura gallega tiene una estrecha relación con la muerte, considerando que, cuando alguien fallece, se crea una conexión entre los muertos y los vivos que trasciende al plano terrenal.
En la Galicia más rural, existían numerosas creencias que, incluso hoy en día, son mantenidas por algunos ancianos, ya que siempre han estado muy arraigadas en la identidad gallega. La muerte era considerada algo cotidiano que se esperaba como cualquier otro evento. Numerosos artistas dentro del panorama gallego, como Vicente Risco o Castelao, lo han puesto en manifiesto en numerosas ocasiones.
Era común en Galicia creer que la muerte, sea repentina o no, siempre avisa. Esto daba lugar a un conjunto de creencias populares entre las que destaca la leyenda de la Santa Compaña, un alma en pena que vaga en búsqueda de otras almas para llevarlas consigo. Otra de las creencias populares más arraigadas es la visita de familiares emigrados inmediatamente después de su fallecimiento, que regresaban para despedirse una última vez.
Un rasgo distintivo en la tradición gallega es la forma en que se mantiene viva la memoria de los fallecidos. Las familias más creyentes lo harían a través de la oración, contexto en el que surgieron los cruceiros de toda Galicia, donde los fieles depositaban dinero para pagar las misas de los recientemente fallecidos.
Una leyenda popular muy conocida es la de San Andrés de Teixido, lugar al que, según se dice, todo el mundo irá de muerto si no fue de vivo. De ahí surgen las imágenes de almas peregrinando a su santuario, tanto en forma de espíritus como reencarnadas en animales. Así, se dice que, si te encuentras una cobra o un lagarto de camino al monasterio, estás encontrándote con un alma en su peregrinación final.
Actualidad